El tratamiento químico del agua consiste en aplicar los productos necesarios que garanticen la conservación, higiene y transparencia perfecta del agua. La importancia de los uso de químicos se debe principalmente a la seguridad y la duración de la pintura de la piscina.
Ajustar el pH del agua
El pH es el encargado de indicar la concentración de iones H+ del agua determina su carácter ácido o básico. El pH es un valor que se expresa con una escala logarítmica entre los valores 0 y 14. El valor del pH ideal está entre 7,2 y 7,6.Tener el pH en este intervalo no sólo es bueno para tener el agua en condiciones óptimas, sino que también es ideal para la piel y ojos de los bañistas. Un pH reducido o elevado disminuye considerablemente el efecto de desinfección.
Cloro
El cloro es el encargado de eliminar de manera eficaz un amplio rango de patógenos que se encuentran depositados en el agua. Es un desinfectante económico utilizado con éxito durante años en el tratamiento de aguas.
Existen diferentes tipos de cloro que iremos explicando a lo largo de este blog:
– Tricloro, cloro lento o de mantenimiento es imprescindible para realizar una desinfección continua del agua, tanto en grano como en tableta, aunque con tableta resulta más sencilla su dosificación (colocar la pastilla en el skimmer y gradualmente irá desprendiendo todo su poder desinfectante.
– Dicloro, cloro rápido o de choque sirve para la recuperación del agua si está ha sido descuidada, para después de una gran afluencia de bañistas o bien por mal tiempo. Es aconsejable mantenerlo a mano para momentos puntuales o alguna emergencia.
– Tabletas multiacción le ofrece una acción desinfectante, floculante y antialgas en un mismo producto. Es ideal en momentos puntuales para olvidarnos de parte del mantenimiento de la piscina. Se recomienda combinarlo con cloro de mantenimiento si no disponemos de mucho tiempo.
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Clarificadores o Floculantes
Gracias a la aplicación de estos productos evitaremos la turbidez y la aparición de espuma, además de eliminar los restos de aceites o cremas que pueden quedar flotando en el agua.
Si queremos conseguir un agua transparente recomendamos utilizar productos clarificadores semanalmente. Los formatos concentrados y monodosis permiten una fácil aplicación, olvidándonos de esta forma de complicados sistemas y cálculos.
Alguicida, prevención de algas
Las algas pueden aparecer aun teniendo la piscina desinfectada. Esta aparición puede estar causada por residuos químicos o agentes externos como plantas o árboles situados alrededor de la piscina, lluvias, cambios de temperatura, etc.
La manera de prevenir este desarrollo es la utilización semanal de un eliminador de fosfatos. Dichos fosfatos son el alimento principal de las algas.
Cuanto más tiempo se tarde en tratar el desarrollo de algas más difícil será su eliminación, con lo que recomendamos añadir semanalmente la dosis adecuada de Algicida en caso de no utilizar eliminador de fosfatos.
Cloración salina
La cloración salina consiste en un proceso mediante el cual se añade sal común (cloruro sódico) al agua de la piscina y, mediante un aparato eléctrico se separan el cloro y el sodio.
El cloro desinfecta el agua y vuelve a combinarse con el sodio, repitiendo este ciclo de manera indefinida.
Esta opción es una de las más cotizadas, puesto que no necesita sustancias químicas para su mantenimiento.
Tiene diferentes ventajas como mejorar la circulación sanguínea y la capacidad respiratoria, menos irritación y enrojecimiento de ojos, evita formación de arrugas, menor sequedad de la piel…